#Womennotobjects

Aunque ha habido considerables avances en las últimas décadas, no hace falta decir que en las sociedades actuales sigue existiendo una clara moralidad machista. Por ejemplo, todavía hay quien piensa que la mujer que se pone minifalda lo hace para incitar a los «machos alfa» y que eso incluso justifica a que se le persiga o que se le digan improperios por la calle.

Cuando hablamos de relaciones sexuales, si una mujer tiene muchas relaciones sexuales, es cosiderada una «puta», pero si es el hombre es el que tiene muchas relaciones sexuales no es un «puto», sino un «putero», que (curiosamente) vuelve a convertir en «puta» a la mujer.

En lo que respecta al trabajo, la sumisión laboral de la mujer no sólo afecta al ámbito salarial, sino también al plano sexual, donde algunos hombres utilizan su poder y su posición dentro de una organización para sexualizar a la mujer, hacerlas sentir como objetos e incluso acosarlas sexualmente.

No es válido pensar que esta condición viene de estratos sociales bajos y sin educación. Lo más sorprendente es ver que grandes Ejecutivos de empresas, Directivos, padres de familia, entre otros, sexualicen a la mujer y la vean como un simple objeto.

Todavía vivimos en un mundo donde se mira más el físico y la sexualidad, que la formación académica, la experiencia laboral y las capacidades para el desarrollo de determinado trabajo.

Vivimos en un mundo a veces injusto y lleno de contradicciones donde si trabajás en el área de servicio al cliente y no sonreís, transmitiendo amabilidad y don de servicio, te convertís en una colaboradora inadecuada para el puesto de trabajo, pero si por el contrario; y de forma innata tenés ese don y además transmitís alegría, el mundo machista te etiqueta de mujer «coqueta» y «fácil».

mujeres fuertesArchivo Interactive Fitness Center/Fotógrafo: Esteban Saballos

En el mes de febrero escribí un post de un tema similar en el que explicaba la delgada línea que hay entre la sensualidad y la coquetería para una mujer del siglo XXI,  hoy haré referencia de nuevo a ello.
Debemos entender que la «sensualidad» se tiene sin que nadie te vea, no interviene nadie más que vos, es algo natural e inherente en el ser humano, tu manera de ser, de moverte, de bailar y expresarte (tanto en el lenguaje verbal, como en el lenguaje corporal); si sos bonita de cara o de cuerpo, es algo normal que los demás lo aprecien y no tiene nada de malo.

La «coquetería» se trata de intentar agradar y atraer a una persona normalmente del sexo opuesto con medios estudiados y generalmente por pura vanidad, llamando la atención de todas las formas posibles, procurando hacerse notar a como sea.

Pero «cada ladrón juzga por su condición» así que tristemente hay personas, especialmente hombres machistas, que confunden la sensualidad innata de una mujer con la coquetería. Y a partir de ese momento se creen con con el derecho a sexualizar y etiquetar a la mujer.

No me considero una mujer feminista, ni soy radical, creo en la igualdad, creo en el respeto, en la justicia, en los roles de los hombres y mujeres dentro de la sociedad actual y en el amor humano y real.

Una mujer será igual que un hombre cuando pueda pasear por la calle sin que nadie la persiga por llevar minifalda, cuando cobre lo mismo que un hombre por realizar el mismo trabajo, cuando su sexualidad tenga la misma importancia que la de un hombre, cuando sea tratada igual que un hombre en todos los ámbitos de su vida, profesional, familiar, sexual, legal, emocional y laboral.

Y está en nuestras manos lograr esa igualdad, yo te invito a hablar, a denunciar, a reclamar y a exigir.

#womennotobjects #strongwomen

Un beso,
Marce
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Archivo Interactive Fitness Center/Fotógrafo: Esteban Saballos

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