El azúcar… un dulce enemigo.

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Yo renuncié al azúcar hace muchos años por una cuestión de salud, en el 2002 me diagnosticaron «Diabetes Tipo II» algo casi incomprensible porque mi vida deportiva inició en 1990.

A partir de ese momento hubo un antes y un después en mi vida, en lugar de hundirme en lamentos, elegí vivir un estilo de vida más saludable, renuncié a todo aquello que pudiera perjudicar mi salud, como el azúcar, el chocolate, jugos procesados, además limité mi consumo de carbohidratos y frutas con alto contenido en azúcar, y por supuesto inicié mi tratamiento como persona insulino – dependiente.

Al cabo de 6 meses, mi glucosa en sangre se había estabilizado y pasé a tomar una pastilla de Diamicron Unidosis, no fallé ni un sólo día a mi estilo de vida saludable, tanto a nivel alimenticio como en mi práctica del deporte.

Con exámenes semestrales de sangre, sorprendentemente en el 2009 después de dos embarazos que no llegaron a buen puerto, mis médicos analizan mi caso y toman la decisión de suspender mi tratamiento médico porque finalmente había logrado estabilizar la glucosa.

Hasta el día de hoy me considero afortunada por haber tenido la fuerza de voluntad necesaria para renunciar a un dulce enemigo y ser hoy una persona sana, con gran vitalidad y amante del deporte.

Lastimosamente desde pequeños estamos más que acostumbrados a consumir azúcar en todo; que en los postres, jugos, queques y peor si nos invitaban a una fiesta y había piñata… ¡Eran toneladas de azúcar para «disfrutar» por semanas y uno como niño era feliz! Pero bueno, a esa edad si no era porque los papás dijeran lo contrario, era más que normal consumir azúcar en lo que fuera.

Una cucharadita pequeña de azúcar tiene aproximadamente 16 calorías, pero… ¿Qué son 16 calorías? ¡Humm! No es tanto en este caso el contenido calórico lo que debemos tomar en cuenta, en realidad es que el azúcar es tan adictiva como una droga, y provoca estragos en nuestro organismo que ignoramos por falta de información al respecto.

El azúcar hace que el sistema inmunológico se debilite por al rededor de 6 horas, lo que nos deja vulnerables a contraer virus y bacterias nocivas para nuestra salud.

Además el azúcar reduce las ganas de comer alimentos nutritivos como las verduras por ejemplo, lo que puede resultar en carencias nutricionales y ya te imaginarás las consecuencias.

Se dice que el consumo de azúcar es el principal culpable de la mayoría de las enfermedades crónicas que por desgracia cada día afectan a más personas en nuestra sociedad, como la diabetes, hipertensión, obesidad, Alzheimer, el cáncer. Y en el caso de nosotras las mujeres si consumimos azúcar en gran cantidad es muy probable que suframos de trastornos molestos como el Síndrome Pre Menstrual.

He visto mucha publicidad en radio y televisión aduciendo que: «el azúcar es buena» y que «la necesitas»… ¡Pues claro que sí! Pero la que necesitamos es el azúcar natural (fructuosa) que obtenemos bondadosamente de las frutas, no es el caso del azúcar blanco refinado que no contiene ninguna de las vitaminas o minerales que nuestro cuerpo necesita. En pocas palabras: el azúcar como lo tienes en la despensa no te aporta nada desde el punto de vista nutricional, todo lo opuesto.

Ahora bien… Me dirás: «No puedo dejar de endulzar mis bebidas y comidas ¿Cuál es la solución?».

Primero que todo, como lo dije en un post en Facebook: «el paladar a todo se acostumbra y muy rápido». Si no la puedes dejar de un sólo golpe, no te culpo, no es fácil, pero si por ejemplo utilizas 2 cucharaditas de azúcar en tu café, intenta la primer semana utilizar una y media, a la semana siguiente solo una cucharadita, la semana consecutiva media cucharadita y al final la dejarás por completo y tu paladar se habituará paulatinamente. ¡Parece una tortura lenta, pero funciona!

¡No utilices edulcorantes! En este caso puede funcionar el dicho que dice: «Es peor el remedio que la enfermedad» … ¿Porqué?  ¡Te cuento!

Sucralosa: esta es básicamente azúcar clorada. Por lo que es muy probable que al consumirla todavía tenga rastros de cloro. Muchos refrescos «light» utilizan este tipo de edulcorante. ¡Lee las etiquetas, es importante!

Sacarina: estudios han comprobado es que es altamente cancerígena. ¡Eliminada!

Aspartame: ¡Ay Dios! Este es el edulcorante más dañino de todos, asociado como causante de múltiples enfermedades y lo peor de todo es que de manera casi «silenciosa» está presente en la mayoría de productos «light».

Estos edulcorantes aunque digan que no tienen calorías, de igual manera te hacen ganar peso y son igual de dañinos que el azúcar refinada para las personas con diabetes.

Ahora vamos con los endulzantes naturales:

Fructuosa: para la industria productora de alimentos artificiales es muy fácil vender la idea de que utilizan fructuosa como endulzante. Pero no es la fructuosa natural de las frutas la que es uilizada, su proceso de utilización no es rentable. Entonces en su lugar utilizan un jarabe de fructuosa que es derivado del maíz que también pasa por un proceso de refinado químico, perdiendo todas las propiedades de la misma fructuosa. ¡Desechada también!

Miel de abeja: siempre y cuando sea casi que recolectada de la colmena puede ser un buen aliado para darle dulzor a tus comidas y bebidas… Pero si se trata de miel que ya viene envasada de manera industrial ya no vale. Esta ha pasado por un proceso de pasteurización que elimina del todo los beneficios que anteriormente podía tener.

Estevia o Stevia: lo viste en el Facebook de Interactive Fitness Center hace unos días. Yo sí recomiendo Stevia, porque es 100% natural, no aporta calorías, tiene propiedades antioxidantes, además de regular la diabetes y mejorar la circulación. La puedes encontrar en el supermercado en varias presentaciones, es económicamente accesible y te beneficia montones.

Miel de agave: al  igual que la Stevia tiene mi consentimiento de uso. Posee multiples beneficios, es baja en calorías, disminuye los niveles de triglicéridos y colesterol. Además posee vitaminas A,B y C, tiene propiedades probióticas, es recomendado para personas con diabétes y celiácas (libre de gluten). Y también lo encuentas facilmente en los supermercados o macrobióticas.

Espero que esta información te haya servido para tomar una decisión y dejar de consumir azúcar.

¡Da el primer paso, es por tu salud, por tu bienestar!

Me cuentas si tienes dudas o si a lo mejor tienes una experiencia que compartir.

Nos encontramos muy pronto.

Besos,

Marce.